martes, 14 de agosto de 2012

El hombre en la Luna.

Hay un hombre que me mira desde la Luna.
Lo sé, porque lo siento. Siento su mirada en mi nuca cuando volteo, al igual que siento sus ojos distantes cuando voy de frente.
De vez en cuando la sensación se va y se que está ocupado haciendo esas cosas que uno hace cuando vive en la Luna. Yo no sé mucho de eso, pero vivir en la Luna no debe ser fácil o eso creo. Yo vivo en una nube la mayor parte del tiempo y déjenme decirles que es bastante complicado.
Los terrestres, como al hombre de la Luna y a mí nos gusta llamarlos, parecen no disfrutar de esa volatilidad propia de los "extranjeros", los que no nacieron con los pies en la tierra. Se deben dar cuenta de esa falta de algo en los pies, ese peso que los mantiene atados. Sí, porque debe haber algo que ate a la gente a la tierra. Una especie de cuerda invisible tiene que estar en los pies, sino dónde más. Quizás, simplemente, yo no tengo pies de tierra, quizás mis pies son esponjosos como nubes. No sé, pero aunque los terrestres me quieran convencer de las fantasías de la vida en la Tierra, para mí no hay nada mejor que mi nube. A decir verdad, es una nube bastante acogedora, aunque de vez en cuando me siento un poco sola con tanto espacio.
¿Qué sentirá el hombre de la Luna? ¿Se sentirá solo?
Quién sabe, quizás por eso está siempre mirando hacia abajo. Por suerte las nubes están más cerca de la Tierra, y puedo ir de visita.
¿Se podrán comprar Pies de Tierra en algún mercado? Me conformo con algún sucedáneo, pues mis viajes a la Tierra no pretenden ser muy largos, lo suficiente para entender quizás.
Lo suficiente para entender... Quizás.

Interrogaciones, Descartes y las meditaciones metafísicas ~

[El cisne tiene forma de pregunta]

Pasa la vida como un cisne                                                 
Y nadie la responde.~
La ballena que no puede ser asesinada
Y todo el mal del mundo es de color blanco. ~

El entendimiento está torcido. 
(Por la arrogancia humana).~