Las sombras se arremolinaban en las paredes formando siluetas, mi corazón latía fuerte, estaba aterrorizada, era como tener cuatro años de nuevo.
Casi podía sentir la respiración de la criatura que mi mente se había empeñado en crear y hacer parecer tan real. El frío sudor iba recorriendo mi espalda y los músculos agarrotados me impedían voltear a comprobar la existencia de la criatura. Incesantes espasmos atravesaban mi médula, podía sentir cómo mi cuerpo tiritaba desde la punta de los pies hasta que los temblores se perdían en el cuello, mientras intentaba reunir el coraje para voltear. Sabía que en el momento en que lograra hacerlo todo se calmaría, las sombras volverían a ser sólo siluetas de árboles en mi muralla, pero esa parte de mí que todavía tiene 4 años quería cubrirse con la sábana y gritar por mamá. Conseguí dormir a punta de cansancio acumulado y música, esperando que el imaginario asesino serial que estaba a mis espaldas decidiera no atacarme y dar media vuelta, para luego perderse en mi imaginación.
Casi podía sentir la respiración de la criatura que mi mente se había empeñado en crear y hacer parecer tan real. El frío sudor iba recorriendo mi espalda y los músculos agarrotados me impedían voltear a comprobar la existencia de la criatura. Incesantes espasmos atravesaban mi médula, podía sentir cómo mi cuerpo tiritaba desde la punta de los pies hasta que los temblores se perdían en el cuello, mientras intentaba reunir el coraje para voltear. Sabía que en el momento en que lograra hacerlo todo se calmaría, las sombras volverían a ser sólo siluetas de árboles en mi muralla, pero esa parte de mí que todavía tiene 4 años quería cubrirse con la sábana y gritar por mamá. Conseguí dormir a punta de cansancio acumulado y música, esperando que el imaginario asesino serial que estaba a mis espaldas decidiera no atacarme y dar media vuelta, para luego perderse en mi imaginación.
Cuando desperté, la mañana siguiente, todavía sentía mis 4 años palpitantes dentro de mí. Esperaba que mi madre entrara en mi habitación en cualquier momento y me envolviera con el viejo chal de lana, me llevara en vilos a su auto para dejarme en casa de mi abuela mientras ella iba a trabajar, y por un breve instante, no más de diez segundos, pude sentir que yo aun quería a mi padre.
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