miércoles, 8 de febrero de 2012

Me asomé a la ventana a ver las flores del jardín como cualquier otro día de verano. La sorpresa fue grande cuando descubrí que tus palabras se habían quedado enredadas en ellas, al parecer viajaron con el viento la noche anterior en pequeños susurros, pero encontraron mi ventana cerrada. 
Salí al jardín con un cesto y empecé a recolectarlas, eran un poco traviesas como tú e intentaban esconderse, me costó bastante trabajo tenerlas a todas juntas.
En cuanto se encontraban con sus compañeras de viaje jugaban a armar las más absurdas oraciones... Yo las dejaba jugar.
Por la noche las intenté reagrupar, quería saber el mensaje que traían, pero nada más tocarlas las letras comenzaron a caer una a una y de pronto me encontré en medio de un desparramo de palabras desmembradas. 
No pude saber qué me decías, pero prometo dejar la ventana abierta esta noche e intentarlo de nuevo.



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